Y llegó el gran día. Y nos vimos las caras. Y
hablamos, leímos, debatimos y compartimos un guiño cómplice alrededor de la
poesía.
Los Anónimos se escaparon por un momento del 2.0 y
cobraron forma. Allí estaban, con todo el ánimo de quien ofrece sus
sentimientos en forma de palabra. Y tomaron la palabra, al menos cuatro
representantes: Amalia, Jorge, María y Pedro; para envolver con su voz el
aliento de todos los presentes.
Además, tuvimos la enorme suerte de contar con el
entusiasmo de Ana y el ingenio de Benjamín. Todo un lujo.
Ahora regresamos al 2.0 para comunicarnos de nuevo,
para seguir enredados. También nos queda un libro en el que versos y nombres
dan calidez a este proyecto. Pero, sobre todo, nos queda la emoción de una
mañana en la que nunca la poesía anónima tuvo tantos rostros.
A tod@s l@s Anónim@s: Gracias.